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Jawetz. Microbiología Médica. 28 Ed. Capítulo 41: Coronavirus

Coronavirus

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Resumen


Propiedades y Clasificación de los Coronavirus

Los coronavirus constituyen una extensa familia de virus ARN que poseen una notable relevancia médica y veterinaria. Son responsables de un amplio espectro de enfermedades, que van desde el resfriado común hasta síndromes respiratorios agudos y graves que han causado epidemias a nivel mundial. La comprensión de su estructura molecular y su clasificación taxonómica es fundamental para descifrar los mecanismos de su patogénesis, rastrear sus orígenes zoonóticos y diseñar contramedidas efectivas, como vacunas y terapias antivirales.

Las propiedades estructurales de los viriones de coronavirus son distintivas y determinan su interacción con las células huésped. Basándose en la evidencia científica, sus componentes fundamentales se pueden detallar de la siguiente manera:

  • Virión: Posee una morfología esférica con un diámetro que oscila entre los 120 y 160 nanómetros (nm).
  • Genoma: Consiste en una única molécula de ARN monocatenario de sentido positivo (+ssRNA). Con un tamaño de 27 a 32 kilobases (kb), es el genoma más grande conocido entre los virus ARN y es intrínsecamente infeccioso por sí mismo.
  • Proteínas clave: La estructura viral está compuesta por varias proteínas esenciales. La proteína de la nucleocápside (N) se une al genoma de ARN para formar una nucleocápside helicoidal. La proteína de membrana (M) está embebida en la envoltura y es crucial para el ensamblaje del virus. La proteína de la espícula (S) forma grandes proyecciones en forma de maza o pétalo en la superficie viral, que le otorgan al virus su característica apariencia de "corona" y son responsables de la adhesión a la célula huésped. Algunos coronavirus también poseen una proteína de hemaglutinina-esterasa (HE).
  • Envoltura: Los viriones están recubiertos por una envoltura lipídica de la cual sobresalen las mencionadas espículas, que son glicoproteínas clave para la entrada del virus en la célula.

Desde el punto de vista taxonómico, los coronavirus pertenecen al orden Nidovirales y a la familia Coronaviridae. Esta familia se subdivide en seis géneros. De estos, solo dos géneros, los alfacoronavirus y los betacoronavirus, contienen los virus que infectan a los humanos. Actualmente se conocen seis de estos virus que causan enfermedades respiratorias: 229E, NL63 (ambos alfacoronavirus), OC43, HKU1, SARS-CoV y MERS-CoV (todos betacoronavirus).

La arquitectura molecular del virus está intrínsecamente ligada a su estrategia de multiplicación, un proceso complejo que tiene lugar íntegramente en el citoplasma de la célula infectada.


https://en.wikipedia.org/wiki/Coronavirus#/media/File:Vaccines-08-00587-g002-A.png


El Ciclo de Replicación Viral

Comprender el ciclo de replicación de los coronavirus es una tarea de importancia estratégica en la virología moderna. Cada etapa de este proceso, desde la unión inicial a la célula huésped hasta la liberación de nuevas partículas virales, ofrece un conjunto de posibles objetivos moleculares para el desarrollo de fármacos antivirales. El conocimiento detallado de estos mecanismos es, por tanto, la base para diseñar intervenciones terapéuticas capaces de interrumpir la propagación del virus.

El proceso de replicación de los coronavirus se desarrolla exclusivamente en el citoplasma de la célula huésped, siguiendo una secuencia de pasos bien definidos:

  1. Adhesión y Entrada: El ciclo comienza cuando las glicoproteínas de la espícula viral (la proteína S o, en algunos casos, la HE) se unen a receptores específicos en la superficie de la célula huésped. Por ejemplo, el coronavirus humano 229E utiliza la aminopeptidasa N como receptor, mientras que el SARS-CoV se une a la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2). Tras la unión, la envoltura del virus se fusiona con la membrana celular, liberando la nucleocápside en el citoplasma.
  2. Traducción y Transcripción: Una vez en el citoplasma, el ARN genómico de sentido positivo es traducido directamente por los ribosomas de la célula para producir una ARN polimerasa dependiente de ARN viral. Esta enzima transcribe primero el genoma viral para generar un molde de ARN de cadena negativa. A continuación, utilizando este molde, la polimerasa sintetiza dos tipos de ARN: copias completas del ARN genómico para las nuevas partículas virales y un conjunto anidado de ARN mensajeros (ARNm) subgenómicos que codifican las demás proteínas virales.
  3. Ensamblaje y Maduración: Las proteínas virales recién sintetizadas y el ARN genómico se ensamblan en un proceso coordinado. La nucleocápside, formada por la proteína N y el ARN genómico, interactúa con las proteínas de membrana (M) en las membranas del retículo endoplasmático (RE) y el compartimento intermedio RE-Golgi (ERGIC). Los viriones brotan hacia el interior de estos compartimentos.
  4. Liberación: Los viriones maduros son transportados a la superficie celular dentro de vesículas. Finalmente, estas vesículas se fusionan con la membrana plasmática y liberan las nuevas partículas virales fuera de la célula mediante un proceso conocido como exococitosis.

La replicación de los coronavirus presenta dos características genéticas distintivas con profundas implicaciones para su evolución. En primer lugar, exhiben una alta frecuencia de mutación debido a que su ARN polimerasa carece de mecanismos de corrección de errores eficientes. En segundo lugar, experimentan una alta frecuencia de recombinación genética. Estos dos mecanismos, poco comunes para un virus ARN con genoma no segmentado, les confieren una gran plasticidad genética. Esta plasticidad genética es el motor evolutivo que permitió la aparición de cepas zoonóticas altamente patógenas como el SARS-CoV y el MERS-CoV, demostrando la capacidad de la familia viral para adaptarse a nuevos huéspedes y causar enfermedades graves.

Este dinámico ciclo de replicación y la capacidad de evolución viral son los motores de la patogénesis que se observa en los organismos infectados.

FIGURA 41–3: Ciclo de replicación del coronavirus. 

  • Los viriones se unen a glucoproteínas de receptor específico o a glucanos, a través de la proteína de la espiga. 
  • La penetración y el desprendimiento del revestimiento se producen por la fusión mediada por la proteína S de la envoltura viral con la membrana plasmática o las membranas endosómicas. 
  • El gen 1 de ARN genómico viral se traduce en una poliproteína, la cual se procesa para producir el complejo transcriptasareplicasa.
  • El ARN genómico se usa como plantilla para sintetizar ARN de cadena negativa, que son empleados para sintetizar ARN genómico de longitud completa y ARNm subgenómico.
  •  Cada ARNm se traduce para producir sólo la proteína codificada por el extremo 5′ de ARNm, incluidas las proteínas no estructurales. 
  • La proteína N y el ARN genómico recién sintetizado se ensamblan para formar los nucleocápsides helicoidales. 
  • La glucoproteína M de membrana se inserta en el retículo endoplásmico (ER, endoplasmatic reticulum) y se ancla en el complejo de Golgi.
  • El nucleocápside (N más ARN genómico) se une a la proteína M en el compartimento incipiente (ERGIC). 
  • Las proteínas E y M interactúan desencadenando la aparición de viriones, encerrando el nucleocápside. 
  • Las glucoproteínas S y HE están glucosiladas y trimerizadas, se asocian con la proteína M y se incorporan a las partículas de virus que maduran. 
  • Los viriones se liberan por fusión de vesículas de tipo exocitosis con la membrana plasmática. 
  • Los viriones pueden permanecer absorbidos por las membranas plasmáticas de las células infectadas. 
  • Todo el ciclo de replicación del coronavirus ocurre en el citoplasma.



Manifestaciones Clínicas de las Infecciones por Coronavirus en Humanos

Los coronavirus causan un espectro de enfermedades en humanos que varía desde infecciones respiratorias superiores leves, como el resfriado común, hasta síndromes respiratorios agudos graves con altas tasas de mortalidad. La aparición de coronavirus zoonóticos altamente patógenos, como el SARS-CoV y el MERS-CoV, ha puesto de manifiesto su potencial como una amenaza emergente y significativa para la salud pública global, demostrando su capacidad para saltar la barrera entre especies y causar brotes a gran escala.

La siguiente tabla compara las características clínicas de las infecciones causadas por los coronavirus humanos comunes frente a las causadas por los virus del SARS y del MERS.

Característica

Coronavirus Comunes (229E, OC43, etc.)

SARS-CoV

MERS-CoV

Enfermedad Típica

Resfriado común, infección respiratoria superior leve.

Enfermedad respiratoria aguda y grave (SARS).

Enfermedad respiratoria grave con fallo multiorgánico (MERS).

Periodo de Incubación

2-5 días.

Aproximadamente 6 días.

2-13 días.

Síntomas Principales

Rinorrea, malestar general.

Fiebre alta, malestar, mialgia, cefalea, tos, seguida de disnea.

Fiebre, escalofríos, mialgia, tos y neumonía.

Tasa de Mortalidad

Muy baja.

Aproximadamente 10%, especialmente en adultos mayores.

Hasta 36%.

Origen Zoonótico

No aplica de forma directa para los brotes estacionales.

Se cree que se originó en murciélagos de herradura y se transmitió a humanos a través de civetas de palma.

Se originó en murciélagos y se transmite a los humanos a través de camellos dromedarios.

En cuanto a la respuesta inmune, la infección por coronavirus induce la producción de anticuerpos. Sin embargo, esta inmunidad no es absoluta ni duradera. La protección puede durar varios años, pero las reinfecciones son posibles, incluso con la misma cepa viral, después de que los niveles de anticuerpos disminuyan con el tiempo.

La diversidad de presentaciones clínicas subraya la necesidad de contar con métodos de diagnóstico precisos y una sólida comprensión de la epidemiología para gestionar eficazmente estas infecciones.

Diagnóstico, Epidemiología y Control

La gestión eficaz de los brotes de coronavirus depende de un enfoque integrado que combina un diagnóstico de laboratorio rápido y preciso, una vigilancia epidemiológica robusta y la implementación de estrategias de control de salud pública. La interconexión de estos tres pilares es crucial para detectar casos, entender los patrones de transmisión y aplicar medidas que limiten la propagación del virus, especialmente en el contexto de patógenos emergentes como SARS-CoV y MERS-CoV. Por ejemplo, fue la combinación del diagnóstico por RT-PCR, el rastreo epidemiológico de contactos y las estrictas medidas de aislamiento lo que finalmente contuvo el brote de SARS en 2003.

Los principales métodos utilizados en el laboratorio para el diagnóstico de las infecciones por coronavirus incluyen:

  • Detección de Ácido Nucleico: La técnica de elección es la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR). Este método es altamente sensible y específico para detectar el ARN viral en muestras de secreciones respiratorias o, en algunos casos, en heces.
  • Serología: Las pruebas como el ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) se utilizan para detectar anticuerpos específicos contra el virus en el suero del paciente. Son particularmente útiles para el diagnóstico retrospectivo y para confirmar la infección utilizando muestras de suero tomadas durante la fase de convalecencia.
  • Aislamiento del Virus: El cultivo del virus en líneas celulares es técnicamente difícil y generalmente se reserva para laboratorios de investigación especializados. No es un método de diagnóstico de rutina.

Desde el punto de vista epidemiológico, los coronavirus tienen una distribución mundial. Son responsables de aproximadamente el 15-30% de los resfriados comunes, con brotes que ocurren típicamente en invierno. La transmisión se produce principalmente a través de gotitas respiratorias expulsadas al toser o estornudar, y también por contacto con superficies contaminadas (fómites). Los entornos hospitalarios han demostrado ser focos importantes de transmisión, especialmente durante los brotes de SARS y MERS. El brote de SARS de 2002-2003 ilustró el potencial de propagación global, afectando a más de 8,000 personas en 29 países.

Actualmente, no existen tratamientos antivirales probados ni vacunas aprobadas para las infecciones por coronavirus. Por lo tanto, las estrategias de control se basan en medidas de salud pública, que demostraron ser eficaces para contener los brotes de SARS y MERS. Estas medidas incluyen:

  • Aislamiento estricto de los pacientes infectados.
  • Cuarentena de los contactos cercanos para monitorear la aparición de síntomas.
  • Uso riguroso de equipo de protección personal (mascarillas, guantes, batas) por parte del personal sanitario.

Estas intervenciones no farmacéuticas siguen siendo la principal línea de defensa contra la propagación de nuevos brotes de coronavirus. La complejidad del desafío que representan estos virus requiere una síntesis de sus características más determinantes.

Conclusión: Síntesis de las Características Clave de los Coronavirus

Los coronavirus encarnan una notable dualidad en el mundo de los virus patógenos. Por un lado, son agentes etiológicos comunes de enfermedades respiratorias leves y autolimitadas que afectan a millones de personas cada año. Por otro, han demostrado ser la causa de epidemias globales devastadoras, caracterizadas por enfermedades graves y una mortalidad significativa, emergiendo de reservorios animales para desafiar la seguridad sanitaria mundial. Esta capacidad de adaptación y su potencial patogénico los convierten en un foco continuo de investigación y vigilancia.

Las características más críticas que definen a esta familia viral se pueden resumir en los siguientes puntos:

  • Los coronavirus son virus ARN envueltos que son responsables de una proporción significativa de los resfriados comunes en todo el mundo.
  • El virus del SARS, que surgió en 2002 a partir de un origen zoonótico, demostró por primera vez el potencial de un coronavirus para causar un brote mundial de una enfermedad grave y potencialmente mortal.
  • El virus del MERS, identificado en 2012, reafirmó esta amenaza, causando una enfermedad respiratoria severa con una tasa de mortalidad aún mayor y consolidando la idea de que los coronavirus representan un riesgo pandémico recurrente.
  • Estos virus tienen una distribución global y se transmiten de manera eficiente entre humanos, principalmente por la vía de las gotitas respiratorias.
  • Actualmente, la falta de tratamientos antivirales específicos y de vacunas eficaces obliga a que el control de las infecciones por coronavirus dependa fundamentalmente de la aplicación rigurosa de medidas de salud pública, como el aislamiento de casos, la cuarentena de contactos y el uso de equipo de protección personal.

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